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Biología



¿Qué es la Biología?


La palabra biología proviene del griego y significa la ciencia de la vida, es una disciplina académica que consta de diferentes y variados campos de estudio, los cuales se tratan como diferentes disciplinas.
La biología por tanto se define como la ciencia que estudia a los seres vivos, tanto por sus propiedades (reproducción, nutrición,…), su origen y también por su evolución entre otras. Esta ciencia se encarga de estudiar las características de los organismos y los comportamientos de los seres vivos tanto de forma individual pero también de forma grupal, es decir como especie. Por otro lado ¿que estudia la biologia? esta disciplina estudia la reproducción y la interacción entre los organismos y el medio en el que habitan. Esta materia tiene como propósito definir las reglas generales que conforman la vida orgánica y también sus fundamentos aclaratorios.

¿Cuales son las Ramas de la Biologia?

Antropología: Es el estudio del ser humano como ente biológico de una forma integral.
Anatomía: Es la disciplina que estudia la estructura de los seres vivos, tanto su estructura externa como la interna de los seres vivos.
Bacteriología: Comprende el estudio de las bacterias.
Biofísica: Es la materia que investiga la biologia con los fundamentos de la física.
Biología epistemológica: Estudia el origen filosófico de los principios biológicos y sus modelos.
Biología marina: Es la ciencia que estudia a los seres que viven en medios marinos.
Biología matemática: Utiliza métodos matemáticos para dar forma a los procesos biológicos.
Biomedicina: Es la materia que se aplica a la salud del ser humano.
Bioquímica: Es la rama que investiga la composición química que ocurre en el ser vivo, como por ejemplo las moléculas que están presentes en la célula.
Biotecnología: Se basa en la los principios de la tecnología para estudiar los mecanismos e interacciones biológicas de los organismos.
Botánica: Es la materia que investiga el estudio de las plantas.
Citología: Es el estudio que investiga las celúlas.
Citogenética: Estudia el comportamiento de los cromosomas, su estructura y sus funciones, es decir la genética celular.
Citopatología: Comprende el estudio de las alteraciones de las celúlas, es decir sus enfermedades.
Citoquímica: Es el estudio de la biología enfocada en la composición química de las células y los procesos biológicos de sus moléculas.
Ecología: Es la disciplina que estudia las interrelaciones de los organismos y con el medio ambiente en el que habitan.
Embriología: Estudia la morfogénesis, es decir el desarrollo del embrión.
Entomología: Es la especialidad científica que estudia los insectos.
Etología: Disciplina que estudia la conducta en los seres vivos.
Evolución: Es la materia que investiga las transformaciones y cambios de las especies a lo largo del tiempo.
Filogenia: Es la rama que estudia la evolución de los seres vivos.
Fisiología: Se refiere al estudio de las funciones y las relaciones de los órganos.
Genética: Comprende el estudio de la herencia genética y los genes.
Genética molecular: Es la materia que investiga la desempeño y estructura de los genes a nivel molecular.
Histología: Estudia lo relacionado con los tejidos orgánicos.
Histoquímica: Disciplina que estudia la estructura química de tejidos y células, pero también de las reacciones químicas que ocurren entre ambos.
Inmunología: Es la especialidad científica dedicada a la investigación del sistema inmunitario de defensa.
Micología: Es la rama que investiga los hongos y sus funciones.
Microbiología: Es la ciencia que investiga los microorganismos y su análisis.
Organografía: Se define como el estudio de sistemas y órganos.
Paleontología: Es la ciencia que a través de los fósiles estudia el pasado de los organismos vivos que estuvieron en la Tierra en la antigüedad.
Parasitologia: Comprende el estudio de los parásitos.
Taxonomía: Ordena y clasifica a los organismos vivos.
Virología: Es la rama de la biología que analiza los virus.
Zoología: Esta rama biológica se faculta en la investigación de los animales.

 





Fisiología humana


La fisiología humana es una disciplina que está enfocada al estudio de las funciones del organismo humano. Es un área de la biología, estrechamente relacionada con la anatomía. El estudio de la fisiología humana es tan antiguo como los orígenes de la Medicina. Muchos conocimientos sobre este campo se han adquirido gracias al estudio de la fisiología animal, mediante la experimentación con animales.

Mecanismos de control

El cuerpo humano, mediante sus procesos fisiológicos posee varios mecanismos para controlar las condiciones del medio interno y del estado del cuerpo. Estos mecanismos se encargan de mantener la temperatura corporal, la tensión arterial, el pH sanguíneo, la concentración de iones y oxígeno adecuados, entre otros importantes factores, que de estar alterados, pondrían en peligro el mantenimiento de la homeostasis y las funciones normales del cuerpo humano.
Uno de estos mecanismos de control, es la retroalimentación negativa. Esto significa que cuando, por ejemplo, el producto de una glándula alcanza cierto nivel en la sangre, éste mismo producto es el que detiene los mecanismos de producción de la glándula. Cuando el nivel del producto desciende, la producción continúa. Un ejemplo típico de retroalimentación negativa es el de la producción de hormonas tiroideas (T3 y T4), en la glándula tiroides. La producción de estas hormonas en la tiroides está estimulada por otra hormona, llamada TSH (hormona estimulante de la tiroides, por sus siglas en inglés) y producida a nivel de la hipófisis. Cuando los niveles de T3 y T4 alcanzan cierto nivel en sangre, inhiben la producción de TSH en la hipófisis. Cuando los niveles descienden, la TSH vuelve a producirse. Mediante este mecanismo, la concentración de las hormonas tiroideas en sangre se mantiene dentro de ciertos límites.
El estudio de la fisiología humana, divide el organismo en sistemas, para facilitar el estudio. Esta división en sistemas es totalmente arbitraria, porque en realidad los sistemas funcionan en conjunto, de manera interconectada e integral.

 


Sistemas del Cuerpo


Sistema Nervioso

La función principal del Sistema Nervioso, a grandes rasgos, sería captar y procesar rápidamente todo tipo de señales (procedentes del entorno o de nuestro propio cuerpo), controlando y coordinando a su vez, los demás órganos del cuerpo. De este modo, a través del Sistema Nervioso, logramos una interacción eficaz, correcta y oportuna con el medio ambiente.

Funciones
Para que la información llegue a nuestro Sistema Nervioso, necesitamos los receptores. Ojos, oídos, piel… Éstos son los que recogen lo que percibimos y envían los datos en forma de impulsos eléctricos a través de nuestro organismo, hacia nuestro Sistema Nervioso. Sin embargo, no solamente reaccionamos ante lo percibido del exterior, si no que nuestro corazón late, nuestro hígado secreta bilis, nuestro estómago hace la digestión… y de todos estos procesos internos también se encarga nuestro Sistema Nervioso.

Además se encarga de:

  • Controla nuestro hambre y nuestra sed, el ciclo sueño – vigilia y regula la temperatura corporal (mediante el hipotálamo).
  • Las emociones (mediante el sistema límbico) y pensamientos.
  • Aprendizaje y memoria (mediante el hipocampo).
  • Movimiento, equilibrio y coordinación (mediante el cerebelo).
  • Interpretar la información recibida a través de todos los sentidos.
  • Funcionamiento de nuestros órganos internos: Pulso, digestión, etc.
  • Reacciones físicas emocionales.

 


Clasificación del Sistema Nervioso


Sistema Circulatorio

Es el sistema corporal encargado de transportar el oxígeno y los nutrientes a las células y eliminar sus desechos metabólicos que se han de eliminar después por los riñones, en la orina, y por el aire exhalado en los pulmones, rico en dióxido de carbono (CO2). El aparato circulatorio está conformado por el corazón y los vasos sanguíneos, incluyendo las arterias, las venas y los capilares. Las células sanguíneas son de varios tipos, los glóbulos rojos o eritrocitos contienen hemoglobina y su función es transportar oxígeno (O) y dióxido de carbono (CO2), los glóbulos blancos o leucocitos están relacionados con el sistema de defensa contra agentes infecciosos, y las plaquetas o trombocitos necesarios para el proceso de coagulación, dentro del aparato circulatorio.



La sangre :

La sangre es el fluido que circula por todo el organismo a través del sistema circulatorio. Es un tejido líquido, compuesto por agua y sustancias orgánicas e inorgánicas (sales minerales) disueltas, que forman el plasma sanguíneo y tres tipos de elementos formes o células sanguíneas:

  • Glóbulos rojos: También denominados eritrocitos o hematíes, se encargan de la distribución del oxígeno molecular (O2). Tienen forma de disco bicóncavo y son tan pequeños que en cada milímetro cúbico hay cuatro a cinco millones, midiendo unas siete micras de diámetro. No tienen núcleo, por lo que se consideran células muertas.
  • Glóbulos blancos: También denominados leucocitos tienen una destacada función en el Sistema Inmunológico al efectuar trabajos de limpieza (fagocitos) y defensa (linfocitos). Son mayores que los hematíes, pero menos numerosos (unos siete mil por milímetro cúbico), son células vivas que se trasladan, se salen de los capilares y se dedican a destruir los microbios y las células muertas que encuentran por el organismo. También producen anticuerpos que neutralizan los microbios que producen las enfermedades infecciosas.
  • Plaquetas: Son fragmentos de células muy pequeños, sirven para taponar las heridas y evitar hemorragias.
Una gota de sangre contiene aproximadamente unos 5 millones de glóbulos rojos, de 5.000 a 10.000 glóbulos blancos y alrededor de 250.000 plaquetas.

El corazón: El corazón es el principal órgano del sistema cardiaco y uno de los más importantes del ser humano. Es un órgano muscular, responsable de recibir y bombear la sangre para que ésta circule por todo el cuerpo, alrededor de unas 60 a 100 veces por minuto. El corazón por fuera El corazón consiste principalmente, en una masa muscular llamada miocardio o músculo cardiaco. Está cubierto por una capa de endotelio llamada endocardio y lo recubre una membrana de doble pared llamadas epicardio y pericardio. Además, existe la llamada cavidad pericárdica, ubicada entre las dos paredes, en la que se encuentra un líquido lubricador, que permite que el corazón lata sin rozamientos.

El corazón por dentro En el interior del corazón se encuentran cuatro cavidades: dos aurículas y dos ventrículos. Estas están conectadas entre sí mediante válvulas. La que conecta al ventrículo izquierdo con la aurícula izquierda se llama válvula mitral o bicúspide, y la que comunica al ventrículo derecho con la aurícula derecha se llama válvula tricúspide. Las válvulas están formadas por dos y tres membranas, respectivamente, que se encuentran conectadas a las paredes del corazón. El corazón está conectado a los vasos sanguíneos, que son los tubos por los que circula la sangre. Son de tres tipos: arterias, venas y capilares. Las venas Las venas son las que llevan la sangre al corazón, desde los órganos del cuerpo. Las que llegan al corazón son las dos venas cavas y las cuatro pulmonares. Las venas cavas llegan a la aurícula derecha y las pulmonares, a la aurícula izquierda. Las venas llevan sangre continuamente al corazón y se abren libremente en sus paredes. Las venas cavas son dos de las venas mayores del cuerpo. Su característica principal es que cuenta con una vena cava superior o descendente, y otra inferior o ascendente.
  • Vena cava superior: Recibe la sangre de la mitad superior del cuerpo.
  • Vena cava inferior: Recibe la sangre de los órganos situados debajo del diafragma.

Las arterias: Las arterias son los vasos que llevan la sangre desde el corazón hacia los órganos. Salen del corazón la arteria pulmonar y la gran artería aorta, una del ventrículo derecho y la otra, del ventrículo izquierdo. A diferencia de las venas, estas arterias no trabajan libremente, ya que la administración de sangre hacia ellas, está regulada por las válvulas sigmoideas, que dejan salir sangre sólo cuando se ejerce presión en los ventrículos cuando se contraen.

Los capilares: Los capilares son vasos microscópicos de finas paredes que llevan la sangre a todas las células de los órganos del cuerpo.

 


La circulación:

El proceso circulatorio es un círculo cerrado que se inicia y finaliza en el corazón. Las cavidades derechas son las que impulsan la sangre que contiene los desechos del organismo hacia los pulmones, para su eliminación. En los pulmones se recoge el oxígeno captado por el aparato respiratorio y la sangre oxigenada se introduce en el corazón por la aurícula izquierda, siendo impulsada hacia el organismo desde el ventrículo izquierdo. Así, la sangre con residuos llega a la aurícula derecha a través de las venas cavas, mientras que la sangre oxigenada llega al corazón a través de las venas pulmonares y se reparte por todo el cuerpo a partir de la aorta. Todo el proceso circulatorio se divide en dos partes que se denominan:

  • Circulación mayor o general:: La circulación de la sangre oxigenada por todo el cuerpo y el retorno de la sangre venosa de todo el organismo hacia el corazón.
  • Circulación menor o pulmonar: La circulación que envía la sangre venosa a los pulmones y que recogiendo el oxígeno de éstos, introduce en el corazón la sangre oxigenada.

Sistema Digestivo

El aparato digestivo está formado por el tracto digestivo, una serie de órganos huecos que forman un largo y tortuoso tubo que va de la boca al ano, y otros órganos que ayudan al cuerpo a transformar y absorber los alimentos. Los órganos que forman el tracto digestivo son la boca, el esófago, el estómago, el intestino delgado, el intestino grueso (también llamado colon), el recto y el ano. El interior de estos órganos huecos está revestido por una membrana llamada mucosa. La mucosa de la boca, el estómago y el intestino delgado contiene glándulas diminutas que producen jugos que contribuyen a la digestión de los alimentos. El tracto digestivo también contiene una capa muscular suave que ayuda a transformar los alimentos y transportarlos a lo largo del tubo.
Otros dos órganos digestivos “macizos”, el hígado y el páncreas, producen jugos que llegan al intestino a través de pequeños tubos llamados conductos. La vesícula biliar almacena los jugos digestivos del hígado hasta que son necesarios en el intestino. Algunos componentes de los sistemas nervioso y circulatorio también juegan un papel importante en el aparato digestivo.

¿Cómo se digieren los alimentos?

La digestión comprende la mezcla de los alimentos, su paso a través del tracto digestivo y la descomposición química de las moléculas grandes en moléculas más pequeñas. Comienza en la boca, cuando masticamos y comemos, y termina en el intestino delgado.

Paso de los alimentos a través del aparato digestivo

Los órganos grandes y huecos del tracto digestivo poseen una capa muscular que permite que sus paredes se muevan. El movimiento de estas paredes puede impulsar los alimentos y los líquidos, y mezclar el contenido dentro de cada órgano. Los alimentos pasan de un órgano a otro mediante un movimiento muscular que se llama peristaltismo. La acción del peristaltismo se parece a la de una ola del mar moviéndose por el músculo. El músculo del órgano se contrae estrechándose y después mueve lentamente la porción contraída hacia la parte inferior del órgano. Estas ondas alternadas de contracciones y relajaciones empujan los alimentos y los líquidos a través de cada órgano.
El primer movimiento muscular importante ocurre cuando ingerimos alimentos o líquidos. Aunque el ingerir es parte de un proceso voluntario, en cuanto empieza se vuelve involuntaria y pasa a estar bajo el control de los nervios.
Los alimentos que acabamos de ingerir pasan al siguiente órgano que es el esófago, que conecta la garganta con el estómago. En la unión del esófago y el estómago hay una válvula en forma de anillo llamada válvula pilórica que cierra el paso entre los dos órganos. Sin embargo, a medida que los alimentos se acercan al anillo cerrado, los músculos que lo rodean se relajan y permiten el paso al estómago.
El estómago debe realizar tres tareas mecánicas. Primero, debe almacenar los alimentos y los líquidos ingeridos. Para ello, el músculo de la parte superior del estómago debe relajarse y aceptar volúmenes grandes de material ingerido. La segunda tarea es mezclar los alimentos, los líquidos y el jugo digestivo producido por el estómago. La acción muscular de la parte inferior del estómago se encarga de esto. La tercera tarea del estómago es vaciar su contenido lentamente en el intestino delgado.
Varios factores afectan el proceso de vaciar el estómago, como el tipo de los alimentos y el grado de actividad muscular del estómago y del intestino delgado. Los carbohidratos, por ejemplo, son los que pasan la menor cantidad de tiempo en el estómago, mientras que las proteínas permanecen más tiempo, y las grasas son las que pasan la mayor cantidad de tiempo. A medida que los alimentos se digieren en el intestino delgado y se disuelven en los jugos del páncreas, el hígado y el intestino, el contenido intestinal se va mezclando y avanzando para facilitar la digestión posterior.
Finalmente, todos los nutrientes digeridos se absorben a través de las paredes intestinales y se transportan a todo el cuerpo. Los productos de desecho de este proceso comprenden partes no digeridas de los alimentos, conocidas como fibra, y células viejas que se han desprendido de la mucosa. Estos materiales son impulsados hacia el colon, donde permanecen hasta que se expulsa la materia fecal durante la deposición.

¿Cómo se controla el proceso digestivo?

Reguladores hormonales: Las principales hormonas que controlan las funciones del aparato digestivo se producen y se liberan a través de las células de la mucosa del estómago y del intestino delgado. Estas hormonas se liberan en la sangre del tracto digestivo, regresan al corazón y por las arterias, y de nuevo hacia el aparato digestivo, en donde estimulan la producción de los jugos digestivos y provocan el movimiento de los órganos. Las principales hormonas que controlan la digestión son la gastrina, la secretina y la colecistocinina.
  • La gastrina hace que el estómago produzca un ácido que disuelve y digiere algunos alimentos. Es necesaria también para el crecimiento celular normal de la mucosa del estómago, el intestino delgado y el colon.
  • La colecistocinina (“CCK” en inglés) hace que el páncreas produzca las enzimas del jugo pancreático, y hace que la vesícula biliar se vacíe. También fomenta el crecimiento celular normal del páncreas.
  • La secretina hace que el páncreas secrete un jugo digestivo rico en bicarbonato. El bicarbonato ayuda a neutralizar el contenido ácido del estómago cuando entran en el intestino delgado. Además estimula al estómago para que produzca pepsina, una enzima que digiere las proteínas, y al hígado para que produzca bilis.

Otras hormonas del aparato digestivo regulan el apetito:
  • La grelina se produce en el estómago y el intestino delgado y estimula el apetito cuando no hay alimentos en el aparato digestivo.
  • El péptido YY se produce en el tracto digestivo en respuesta al alimento e inhibe el apetito.

Reguladores nerviosos Dos clases de nervios controlan la acción del aparato digestivo.
  • Los nervios extrínsecos (de afuera) llegan a los órganos digestivos desde el cerebro o desde la médula espinal y provocan la liberación de dos sustancias químicas: la acetilcolina y la adrenalina. La acetilcolina hace que los músculos de los órganos digestivos se contraigan con más fuerza y empujen mejor los alimentos y líquidos a través del tracto digestivo. También hace que el estómago y el páncreas produzcan más jugo digestivo. La adrenalina tiene el efecto opuesto, relajando el músculo del estómago y de los intestinos y disminuyendo el flujo de sangre a estos órganos, retardando o deteniendo la digestión.
  • Los nervios intrínsecos (de adentro) forman una red muy densa incrustada en las paredes del esófago, el estómago, el intestino delgado y el colon. La acción de estos nervios se desencadena cuando las paredes de los órganos huecos se estiran con la presencia de los alimentos. Liberan muchas sustancias diferentes que aceleran o retrasan el movimiento de los alimentos y la producción de jugos en los órganos digestivos.
Juntos, los nervios, las hormonas, la sangre y los órganos del aparato digestivo llevan a cabo las tareas complejas de digerir y absorber nutrientes de los alimentos y los líquidos que se consumen todos los días.

 



Sistema Muscular y Sistema Esquelético: son los que permiten los movimientos voluntarios, dan forma al cuerpo y protegen los órganos internos.

Sistema renal: se encarga de eliminar los metabolitos de desecho de la sangre a través de la excreción de orina, entre otras importantes funciones.

Sistem Respiratorio: aporta el oxígeno necesario para el funcionamiento del metabolismo.

Sistema Reproductor: encargado de producir los gametos y, en la mujer, de albergar al feto hasta su nacimiento, para asegurar la continuidad de la especie.

Sistema inmune: se encarga de eliminar las bacterias, virus y otras sustancias extrañas que podrían representar una amenaza para la integridad del cuerpo.




Teorías del origen de la vida


Teoría del creacionismo

La teoría del creacionismo plantea que la vida surgió gracias a la intervención de un ser supremo (Dios). Esta teoría se sustenta en el relato bíblico, según el cual toda la creación se efectuó en tres días. En la biblia, se indica que en el primer día, Dios creó el cielo y la tierra. Al segundo, creo el día y la noche, la luz y la oscuridad. En el tercer día, creó los mares y la vegetación (primer signo de vida en la Tierra). En el cuarto día, Dios creó el sol y la luna para diferenciar el día de la noche. Asimismo, creó las estrellas. En el quinto día, se crearon las criaturas acuáticas y las aves.
En el sexto día, se crearon los animales terrestres. Durante este mismo día, Dios creó al hombre del polvo. Al ver que el hombre estaba solo, decidió crearle una compañera. De este modo, durmió al hombre, le quitó un par de costillas y creó a la primera mujer. Por último, en el séptimo día Dios descansó. Todo esto se encuentra en los dos primeros capítulos del Génesis, que es el primer libro de la biblia. Este relato constituye la base de muchas religiones.

Teoría de la generación espontánea

La generación espontánea señala que se puede producir vida a partir de materia inerte. Por ejemplo, los ratones surgen del papel de periódicos, las moscas surgen del estiércol y de la basura, los patos se originan a partir de los frutos de algunas plantas, entre otros. Las teorías sobre la generación espontánea son muy antiguas, tan antiguas como las civilizaciones egipcias y mesopotámicas.

Teoría de la panspermia

La teoría de la panspermia señala que la vida no surgió en el planeta Tierra, sino que proviene del espacio exterior en forma de bacterias y otros microorganismos. Estos organismos llegaron a la Tierra transportados por el polvo cósmico y los meteoritos, los cuales fueron atraídos por la gravedad terrestre. Dicha teoría fue planteada por Richter en el año 1865 y obtuvo el apoyo de otros científicos (como Arrhenius). Sin embargo, dicha hipótesis no presenta suficiente evidencia que pueda comprobar su veracidad, por lo que fue descartada.


 


Teoría de la evolución química o abiogénesis primaria

La teoría de la evolución química, también llamada la teoría Oparin-Haldane, señala que la vida en la Tierra surgió a través de una serie de cambios (evoluciones) químicas que se dieron hace 3000 millones de años. De acuerdo con esta teoría, la generación espontánea no es posible en las condiciones actuales de la Tierra. Sin embargo, las condiciones eran otras hace miles de millones de años (cuando el planeta fue creado).

Teoría del Miller-Urey o teoría del caldo primario

La teoría Miller-Urey se basa en la teoría de la abiogénesis primaria. Estos dos científicos intentaron recrear las condiciones de la Tierra en sus primeros años. Esto se hizo con el objeto de demostrar que la vida se pudo haber originado gracias a las reacciones que se dieron en el ambiente terrestre con déficit de oxígeno. Para ello, desarrollaron una atmósfera rica en hidrógeno y carente de oxígeno en forma gaseosa. Esta atmósfera fue volcada sobre un medio líquido (para recrear el océano, en el que se cree que surgió la vida). Todo esto se encontraba a una temperatura de 100 °C, a la vez que se sometía a descargas eléctricas constantes (que simulaban los rayos). Este ambiente que crearon Miller y Urey representa el caldo primario en el que surgió la vida.

La teoría del ARN

Los defensores de la teoría del ARN plantean que esta molécula hereditaria es esencial para el desarrollo de otros compuestos. Esta teoría ganó importancia cuando Thomas Cech descubrió las ribozimas, moléculas de ARN que contienen enzimas. Estas enzimas tienen la capacidad de crear enlaces entre aminoácidos para formar proteínas. De este modo, si las moléculas de ARN podían transmitir información y actuar como enzimas

Teoría de las proteínas

Los defensores de la teoría de las proteínas señalan que sin enzimas (las cuales son proteínas) ninguna molécula podría haberse replicado (ni siquiera el ARN). Asimismo, esta teoría señala que los nucleótidos (componentes de los ácidos nucleicos) son demasiado complejos como para formarse de manera espontánea. Sumado a esto, las proteínas son mucho más fáciles de sintetizarse (como lo probó el experimento Miller-Urey). Cabe destacar que los nucleótidos también pueden formarse a partir de componentes inorgánicos si las condiciones son adecuadas. Como se puede ver, decir qué surgió primero (el ARN o las proteínas) es una paradoja que aún no se ha resuelto.

Teoría de las fuentes hidrotérmicas

La atmósfera primitiva de la Tierra era hostil, con poco oxígeno en estado gaseoso. No existía una capa de ozono que protegiera el planeta. Esto significa que los rayos ultravioletas del Sol podían llegar fácilmente a la superficie terrestre. Por lo tanto, la vida en la Tierra no era posible. Esto ha hecho que muchos científicos conjeturen que los primeros seres surgieron en las aguas profundas, donde no alcanzaban los rayos ultravioletas. Más concretamente, se considera que la vida se originó cerca de las fuentes hidrotérmicas. A pesar de que estas fuentes de agua son sorprendentemente calientes, incluso hoy en día muestran formas de vida primitiva que pudieron haber surgido en el Precámbrico. Por este motivo, es muy plausible pensar que los primeros organismos surgieron bajo el agua. De allí, evolucionaron hasta formar las distintas especies que conocemos hoy en día.

 




Mutaciones



¿Qué es una mutación?

A los cambios estables en la cadena de DNA que son capaces de ser heredados, se les conoce como mutaciones. Las mutaciones realmente transcendentes para la descendencia son las que están presentes u ocurren en las células germinales (óvulos y espermatozoides). Las mutaciones que se producen entonces pueden dar lugar a pequeños cambios, grandes cambios (causando enfermedad: mutaciones patógenas) o ser silentes. A la mutación que heredamos de nuestros padres se le llama mutación heredada, a la que se da en el individuo sin que haya un progenitor con la misma mutación, se le conoce como mutación de novo.

Tipos de mutaciones

Las mutaciones pueden darse en tres niveles diferentes:
  • Molecular (génicas o puntuales): Son mutaciones a nivel molecular y afectan la constitución química de los genes, es decir a la bases o “letras” del DNA.
  • Cromosómico: El cambio afecta a un segmento de cromosoma (de mayor tamaño que un gen), por tanto a su estructura. Estas mutaciones pueden ocurrir porque grandes fragmentos se pierden (deleción), se duplican, cambian de lugar dentro del cromosoma.
  • Genómico: Afecta al conjunto del genoma, aumentando el número de juegos cromosómicos (poliploidía) o reduciéndolo a una sola serie (haploidía o monoploidía) o bien afecta al número de cromosomas individualmente (por defecto o por exceso), como la trisomía 21 o Síndrome de Down.
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